En la década y media que llevamos del siglo XXI, el coaching ha proliferado a escala global, y nuestro país no se ha quedado al margen. «Pero por desgracia, no está reglamentado oficialmente en España», se lamenta Alfonso López García, representante de ActionCoach en España. «Sucede que los estudios que se imparten son especializaciones que puede hacer cualquier persona, sin tener el nivel de formación adecuado, y a la que le da una certificación y se la lanza al mercado. Es cierto que existen varias asociaciones en las que se agrupan los profesionales del sector, como es el caso de ASESCO y otras, pero sin tener una verdadera validez oficial de cara a la Administración; que se preocupen, por ejemplo, de que haya una legislación al respecto». Por eso, desde la empresa ActionCoach llevan tiempo exigiendo una normativa oficial, para combatir el intrusismo.
Como disciplina, el coaching, surgido hace ya casi medio siglo en Estados Unidos, de la mano de un ex capitán del equipo de tenis en la Universidad de Harvard –quien explicaba que los tenistas no aprenden con consejos, sino mirándose en el espejo y comparándose con los mejores– trascendió pronto al mundo de los negocios. Así, la International Coach Federation (ICF), la mayor organización de coaching del mundo, ha pasado de 3.000 socios en 35 países a cerca de 30.000 en un centenar y medio –en España hay cerca de un millar de asociados en activo–. «Y un intrusismo en el sector que hace que lo sensato, para quien desea introducirse en la profesión, sea hacerlo de la mano de una empresa seria», asegura el Director General de ActionCoach España. «Porque, a diferencia de arrancar por cuenta propia, partes de una experiencia previa y una metodología, de éxito contrastado, que le llevaría años diseñar. Y para dedicarte al coaching de negocios es imprescindible disponer de una serie de métodos sistemáticos, que no sólo funcionen, sino que estén actualizándose constantemente. No puedes improvisar».
La marca de origen australiano (1993), pero con sede permanente en Estados Unidos, ya cuenta con seis asociados en nuestro país (en Madrid, Navarra, Comunidad Valenciana y Murcia), y la franquicia maestra para España busca conocedores del mundo empresarial, profesionales que tengan una cierta inclinación didáctica y un cierto perfil comercial. La inversión necesaria para poner en marcha una unidad operativa de esta enseña es de 60.000 euros, incluido el proceso de formación en Monterrey, México (con los gastos de alojamiento y manutención pagados).