El plan de desescalada anunciado por el Gobierno se extenderá, si todo va por el cauce normal, hasta finales de junio. Las empresas se están teniendo que adaptar a esta nueva realidad, que pasa por establecer protocolos higiénicos, así como nuevos horarios, funciones y la convivencia entre los dos mundos: el trabajo en la oficina y el teletrabajo.
Tal y como se destaca desde Woffu, startup especializada en la optimización de la gestión del tiempo de los empleados, la adaptación a esta nueva realidad pasa por adoptar políticas de digitalización, flexibilidad horaria y movilidad, que permitan un óptimo funcionamiento de la compañía.
Priorizar el teletrabajo
Ahora mismo todas las personas que pueden hacerlo ya están teletrabajando. Es importante mantener esta dinámica todo el tiempo que sea posible. En primer lugar, para seguir protegiendo a los profesionales de la empresa y a sus familias. En segundo, para evitar desplazamientos innecesarios y seguir contribuyendo a la salud de todos. En una fase tan prematura de la desescalada, sería descabellado regresar a una supuesta normalidad que no es, de momento, la normalidad que todos desearíamos. Por lo tanto, prudencia.
Turnos y horarios flexibles
Dada la situación, es preciso tratar de evitar al máximo juntar a muchos empleados en los centros de trabajo; por eso se hace necesario confeccionar un sistema de turnos, que permita organizar la vuelta con seguridad. Además, hay que tener en cuenta a aquellos empleados que tengan hijos, ya que la apertura de los centros educativos todavía es lejana, ofrecer horarios flexibles en estos casos es la mejor solución.
Higiene y seguridad, ante todo
Por otro lado, es totalmente esencial establecer un protocolo de higiene en la empresa, que pase por respetar la distancia de seguridad, instalar mamparas (si es necesario), señalización y mecanismos que recuerden a todas las personas la necesidad de mantener las distancias y las máximas medidas de higiene y contar con un buen servicio de limpieza que realice una desinfección diaria. Asimismo, es necesario abastecer a los trabajadores con todos los recursos para llevar a cabo su trabajo con todas las garantías de seguridad: mascarillas, pantallas, guantes, solución hidroalcohólica, jabón y desinfectantes.
Información y comunicación
Es imprescindible informar a la plantilla de todas las medidas adoptadas, así como de las perspectivas de futuro. Por esto, es vital disponer de herramientas digitales que permitan una comunicación continua con el equipo. Los trabajadores deben estar informados de las decisiones tomadas en cuanto a condiciones laborales, posibles modificaciones, medidas de apoyo, nuevas normas y condiciones para trabajar físicamente en las oficinas y soluciones de seguridad e higiene.
El trabajo líquido ha llegado para quedarse
La crisis sanitaria ha traído consigo la aceleración en la implantación de una nueva tendencia de trabajo: el trabajo líquido. En el trabajo líquido prima la flexibilidad, desaparecen las jerarquías y la limitación a un espacio concreto. El trabajador líquido puede trabajar en cualquier momento, desde cualquier lugar, con cualquier tipología de relación laboral, en un contexto de transformación digital totalmente necesaria en su día a día. Por eso, las empresas deben adaptarse a este nuevo contexto que viene para quedarse y eso pasa por adoptar políticas de digitalización, flexibilidad horaria y movilidad.