En la actualidad, son muchas las pymes que todavía compran servidores para ubicarlos en la oficina y centralizar así toda la información empresarial. Si bien es cierto que la informática ha tenido mayor protagonismo y peso en la gestión y administración de las empresas, lo es también que aún se siguen conservando elementos que ya no son necesarios.
De hecho, la dependencia que tienen algunas compañías del software y de los documentos que se encuentran en el servidor es notable, hasta el punto de que, si se paralizan, se detiene también gran parte de la actividad. Sin embargo, la dependencia de estos equipos no se corresponde con el nivel de seguridad que reciben.
En este contexto, desde Beservices, consultora especializada en proyectos IT y proveedores integrales de soluciones informáticas, explican que «la tecnología y el negocio van de la mano más que nunca y por ello es necesario que las empresas empiecen a cambiar las soluciones on-premise por soluciones cloud, porque sin este cambio la innovación se hace difícil de completar».
Los empresarios conservan sus servidores, porque son conscientes de la necesidad de tener a buen recaudo la información y de mantener la infraestructura para garantizar su funcionamiento. Por estos motivos, asumen costes de mantenimiento de licencias, ampliaciones funcionales de la solución y, sobre todo, el coste de oportunidad, entre otros. Y “estos mismos motivos son los mismos por los que deberían adquirir la solución cloud. Si son miles los usuarios que están utilizando la misma solución, eso implica que los proveedores focalizamos grandes esfuerzos para que el cloud computing sea fiable y los datos no estén fácilmente disponibles en ataques de internet”, dicen desde esta consultora.
Además, supone para el empleado una atadura física al lugar de trabajo, cuando se puede trabajar de forma descentralizada, con más fiabilidad y seguridad que en una red local.