Andalucía es una de las comunidades españolas con mayor actividad de restauración, lo que supone el 15,8% del total nacional. Estas cifras favorecen considerablemente al turismo y ambas actividades se complementan de la mejor manera posible. Los turistas acuden al país principalmente por el clima y la gastronomía, por tanto, la competencia entre los bares, restaurantes y franquicias de cerveza y tapas en Granada es muy fuerte.
La alimentación Mediterránea y sus productos básicos como las hortalizas, pescados y aceite de oliva virgen se han convertido en los puntos fuertes de la cocina andaluza. Sus platos están basados en las materias primas propias de cada provincia o región, combinando platos propios de la costa como el pescado, y carnes en zonas del interior. Los potajes de legumbres, los guisos de caza y las frutas y verduras que adornan cada plato para darle su toque único, configuran la esencia de la comida andaluza.
Según las encuestas realizadas, 8 de cada 10 turistas confiesan que eligen Andalucía como destino ideal debido a su gastronomía. Es esa la principal razón por la que, desde hace algunos años, se comenzó a hablar sobre el ‘turismo gastronómico’, en el cual, el interés de visitar un determinado lugar, reside en la gastronomía o cultura culinaria de esa tierra. Normalmente, el perfil de las personas que suelen realizar este tipo de turismo se sitúa en un rango entre los 35 y 55 años, y su poder adquisitivo es medio-alto.
El tapeo constituye uno de los grandes símbolos de identidad en España, por ello, es bastante común pasear por las calles de las ciudades andaluzas y encontrar bares que ofrezcan este tipo de consumiciones. Cada vez es más común abrir franquicias de bar en Málaga, en las que se combinan platos típicos del lugar con otras elaboraciones más modernas, pero siempre empleando la materia prima de origen.