Tres de cada cuatro empresarios afirman haber conseguido recortar hasta un 11 % de sus costes, gracias a la migración de sus cargas de trabajo a la nube, según reflejan los datos de un estudio realizado por Accenture a 4.000 empresarios. Asimismo, entre un 12 % y un 15 % aseguran haber logrado un crecimiento mayor con sus inversiones en la nube.
Las pymes digitalizadas aprovechan la nube para transformarse internamente y funcionar de otra forma, aumentando así las probabilidades de innovar y automatizar procesos, conseguir una mayor reducción de costes y contribuir con una economía y sociedad más sostenible. La actual pyme 2.0, en muchos casos surgida de la pandemia, es una evolución morada de la pequeña y mediana empresa, que ha migrado sus sistemas y aplicaciones a la nube, para ser más ágil, eficiente y competitiva.
Retos para el año nuevo
Los principales retos a los que se enfrentan las pymes para el 2022 son la migración de aplicaciones a la nube, la integración de un sistema laboral híbrido, la descentralización de los sistemas críticos (servidores, bases de datos…) para reducir costes, asegurar y unificar los accesos, analizar los datos para tomar decisiones más inteligentes y automatizar procesos en la cadena de suministro.
“La nube híbrida se viene posicionando como una solución que permite a las empresas transformarse y adaptarse de forma eficiente y competitiva a las necesidades de una economía cada vez más digital. Herramientas como una CPD Virtual, la solución de nube privada como servicio (iaaS) de beServices, permite a las pymes fijar el coste mensual para la inversión cloud de los sistemas más críticos y al mismo tiempo acceder a servicios más avanzados que requieran en su día a día. Las pequeñas empresas se han dado cuenta de que la nube no es su destino, sino como un viaje de mejora continua”, explica Joan Cuello, COO en beServices.
Uno de los retos que encuentra la pyme tradicional es la dificultad de fijar un coste para su inversión en cloud y diseñar un plan de actuación a medio y largo plazo. Además, los distribuidores informáticos tradicionales encuentran dificultades a la hora de acompañarlas en la transición de servicios que sus necesidades demandan.
“Esta situación produce un enorme estrés, tanto para las pymes como para los distribuidores informáticos. La pequeñas empresas precisan controlar la inversión y mantenerse a los clientes en su transición a la digitalización”, expone Cuello.
Uno de los puntos más valorados por las pymes es el acompañamiento de su distribuidor. Según un estudio de beServices, el 70 % de ellas precisan de un acompañamiento con su nombre y marca, en la prospección técnica y comercial. El 20 % de los clientes de beServices aseguran que no podían o no sabían cómo afrontar ante sus clientes la transición de servicios que el mercado demanda.
“Por experiencia, sabemos que la pyme, en la gran mayoría de los casos, infrautiliza sus inversiones en IT. Sumado al constante aumento del precio de la energía, con un incremento que ronda casi el 300 % respecto al año pasado, la pyme puede encontrar en la nube eficiencia, personalización y flexibilidad. Según un estudio realizado por Telefónica-Tech, la pyme puede ahorrar hasta un 60 % de sus gastos en luz gracias a la nube”, resalta el COO de beServices.
Durante los últimos años, los estudios y datos han demostrado que las pymes necesitan un asesoramiento cercano y un interlocutor de confianza para avanzar en su digitalización. En muchas ocasiones, el mejor compañero es la empresa informática de toda la vida que también evoluciona con el desarrollo de forma paralela y desarrolla nuevos servicios que satisfacen sus necesidades.
Lo más demandado para 2022, según beServices, son hospedaje de ERPs críticos como A3, Sage 50, Facturaplus o softwares de desarrollo propio, así como la externalización de bases de datos u hospedaje de plataformas web potentes.