La Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) considera “una oportunidad perdida” la conocida como Ley de Segunda Oportunidad, aprobada ayer definitivamente por el Senado. Para el presidente de ATA, Lorenzo Amor, pese a las expectativas creadas, el texto “va a tener el mismo éxito que el Emprendedor de Responsabilidad Limitada, es decir, nulo”.
ATA considera un intento fallido la Ley de Segunda Oportunidad y una ocasión desaprovechada para ayudar a los autónomos que lo pierden todo. “Esta Ley no favorece el reemprendimiento a pesar de su enunciado. A los autónomos no sólo hay que ayudarles y tenerles en cuenta cuando empiezan, sino también cuando fracasan y han puesto todo lo que tienen por sacar adelante su proyecto” añade Lorenzo Amor. “Más allá de soluciones de refinanciación debería vincularse el procedimiento al reemprendimiento, como una forma de garantizar el pago a acreedores a través de una nueva actividad”.
Que el texto no establezca quitas a los créditos públicos a Hacienda y Seguridad Social “la vacía de contenido y la deja sin efectividad” entre los autónomos, explica el presidente de la patronal. “Desde ATA, hemos propuesto la necesidad de inclusión de moras y quitas en relación a los créditos públicos, y en el caso de quitas siempre salvaguardando el principal de la deuda, ofreciendo que las mismas sólo sean aplicables a intereses de demora y recargos ejecutivos”.
Según los últimos datos del DIRCE a 1 enero de 2014, del total de empresas 3.119.310, más de la mitad, 1.574.729, tienen condición de persona física y más del 80% de nuestro tejido empresarial tiene menos de 2 asalariados. Los últimos datos relativos a la Estadística de Procedimiento Concursal (EPC) correspondientes al primer trimestre de 2015 del INE, ponen de relieve que de los 1.560 deudores concursados sólo 48 eran persona física con actividad económica, y que dicho número ha disminuido tanto interanual como intertrimestralmente.
De las empresas concursadas sólo 0,04% tiene la citada dimensión en cuanto a número de asalariados. Para ATA, “este hecho, pese a algunas opiniones, no responde a una falta de necesidad o voluntad por parte del autónomo persona física de acudir a un procedimiento concursal sino muy al contrario, la necesidad existe. En primer lugar, por la propia responsabilidad patrimonial ilimitada asociada a su condición jurídica y el riesgo personal que se asume y en segundo lugar, por la mayor exposición a tensiones de caja, morosidad –en muchos casos relacionada directa o indirectamente con el sector público– y dificultad de acceso al crédito”. Aspectos que, asociados a la caída de la demanda durante la crisis, se han traducido en la pérdida de más del 40% de los autónomos, pese al alto índice de reposición por nuevas altas.
“Por eso, esta Ley de Segunda Oportunidad no responde a las necesidades de los autónomos ni va a evitar que negocios viables que se han visto abocados a la quiebra por falta de liquidez e imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones fiscales y de Seguridad Social vuelvan a crear empleo”, concluye Lorenzo Amor.