Mercedes Hermosilla es franquiciada de la enseña Kumon, centros de aprendizaje de matemáticas, lectura e inglés, que gestiona su franquicia en la calle Carolina Coronado, 37 de Madrid y quien nos cuenta su experiencia con esta cadena franquiciadora.
¿Cuándo y por qué decidiste apostar por la franquicia para abrir un negocio, en vez de montarlo por tu cuenta?
En el año 2017 abrí un centro de Kumon en Madrid, en la zona de Ascao y Ventas. Las razones que me llevaron a apostar por la franquicia Kumon fueron de dos tipos: personales y profesionales. Yo soy Pedagoga y Especialista en Logopedia y mi vida profesional siempre ha estado relacionada con el mundo de la educación y la formación, por lo que todo lo que tiene que ver con este ámbito profesional me atrae. Además, tengo dos hijos que han asistido a un centro Kumon de Madrid durante varios años. Esto me dio la oportunidad de conocer el Método Kumon de primera mano, descubrir las peculiaridades que posee este método y que lo diferencian de cualquier otro que hubiera conocido hasta la fecha.
Desde hacía tiempo me rondaba la idea de montar algún negocio relacionado con la educación, pero por razones económicas y de estabilidad laboral no encontraba el momento de hacerlo. Cuando me comentaron que la franquicia Kumon estaba buscando candidatos para abrir centros en Madrid, me pareció una buena oportunidad para realizar mi sueño, tener mi propio negocio y además relacionado con el mundo de la educación. Hacerlo con el respaldo de una franquicia ya tan consolidada y reconocida en el mundo de la educación como es Kumon, me dio la seguridad y el impulso que necesitaba para decidirme.
¿Cómo y dónde conociste la marca y qué te atrajo de ella?
La conocía personalmente, ya que mis dos hijos asistían a un centro de Kumon tres años antes de que yo abriera el mío. Establecí una buena relación con la orientadora del centro de Madrid Chamberí al que asistían y siempre que podía acudía a todas las reuniones para padres, en las que iba conociendo más en profundidad el método. Lo que más me atrajo de Kumon fue su metodología y los fundamentos en los que se basa. Se trabaja de una forma individualizada con cada alumno y se parte de la premisa de que siempre se puede desarrollar al máximo la capacidad de cada alumno, sea cual sea la situación inicial de la que parta cada uno de ellos. Estos dos aspectos me parecieron fundamentales para compensar las carencias del sistema educativo actual en el que, debido al número de alumnos por clase, los profesores no pueden muchas veces tratar individualmente a sus alumnos y donde la diversidad no puede ser atendida como se merece. En Kumon trabajamos tanto con niños con altas capacidades como con niños que puedan tener alguna dificultad, pero siempre partiendo del convencimiento de que todos pueden alcanzar sus objetivos y desarrollar al máximo sus capacidades, con un poco de trabajo diario y constancia. También por supuesto con el apoyo de las familias, que en Kumon es fundamental.
¿Hiciste algún tipo de investigación, antes de firmar con tu enseña actual?
Por supuesto que sí. Yo tenía en ese momento un trabajo y tomar la decisión de dejarlo y embarcarme en una aventura en la que tenía que empezar de cero no era algo que pudiera hacer sin valorar y analizar previamente los riesgos. Además de comprobar la consolidación a nivel nacional y mundial de Kumon, con más de 60 años de presencia ya en casi todos los países del mundo, hice también investigación sobre su situación económica. Todos los datos consultados me llevaron a la conclusión de que se trata de una franquicia de confianza y con solvencia. También desde la propia oficina central de Madrid se me proporcionó toda la información que requerí a este respecto.
¿Qué apoyos recibiste del franquiciador en la etapa inicial, antes de abrir el negocio?
Antes de abrir mi propio centro participé durante tres meses en un proceso de selección-formación. Durante este tiempo estuve recibiendo formación, tanto teórica como práctica en uno de los centros piloto que la franquicia Kumon tiene en Madrid. Esto me proporcionó la posibilidad de aprender de una forma práctica los fundamentos del método, así como la oportunidad de trabajar de forma directa con alumnos, antes de tener los míos propios.
También me facilitaron todos los datos relevantes relacionados con el nivel socio-económico de la zona en la que iba a abrir mi centro: alumnos potenciales según tramo de edad, estatus económico de la población, centros educativos cercanos…, con lo que antes de abrir ya disponía de la información necesaria para saber, por ejemplo, hacia dónde debía dirigir mis esfuerzo en publicidad inicial o los contactos que iba a establecer con instituciones educativas de la zona para darme a conocer. También recibí asesoramiento a la hora de decidir la ubicación del local y sobre los trámites previos que debía realizar, relativos a solicitud de licencias de obra, apertura y demás gestiones administrativas.
Otra de las razones que me llevaron a apostar por esta franquicia fue también que el desembolso económico inicial que requiere no es elevado, además de que durante los dos primeros años proporciona una subvención económica para hacer frente a los gastos del alquiler del local.
Una vez abierta la franquicia, ¿cómo es tu relación con la central?
En ese sentido es una franquicia muy cercana. Cada centro pertenece a una oficina regional. En mi caso es la Oficina Regional de Madrid. A través de ellos recibo todo el soporte metodológico y administrativo que necesito. Además, cada centro tenemos asignado un coordinador, a través del cual podemos canalizar todas las necesidades que tengamos. Es una figura que te acompaña desde el momento en el que abres el centro, proporcionando todo el asesoramiento y soporte que puedas necesitar. Además, la central cuenta con departamentos de contabilidad, comunicación, administración…, con lo que siempre se puede contactar directamente
¿Por qué recomendarías abrir un negocio franquiciado con esta enseña?
Porque es una franquicia que no exige un gran desembolso económico inicial, lo que te permite iniciar el negocio sin necesidad de embarcarte en un gran gasto que pueda comprometer posteriormente la viabilidad del negocio a nivel económico. Además, representa un método que ya está reconocido a nivel mundial, y por supuesto nacional, y porque es una franquicia que no te deja solo una vez que has franquiciado, sino que te acompaña en tu camino de crecimiento, proporcionando toda la ayuda y soporte que puedas necesitar en cada momento.