Nos guste o no, los consultores son una parte clave del mundo de los negocios. En este artículo, analizamos los roles de los consultores externos e internos y las habilidades necesarias para cumplir con éxito estos roles. Antes de seguir leyendo, piensa en las siguientes preguntas y luego compara tus respuestas con las que nosotros mismos te ofrecemos.
- ¿Por qué necesitamos consultores?
- ¿Cuáles son las ventajas de los consultores externos e internos?
- ¿Cuáles son los pasos de un proceso de consulta típico y los objetivos específicos involucrados a éste?
¿Por qué necesitamos consultores?
La consultoría profesional cubre una amplia gama de áreas comerciales, incluida la gestión estratégica, marketing y publicidad, modelos financieros y desarrollo organizativo y personal. Los consultores proporcionan conocimientos especializados y experiencia que pueden ayudar a sus clientes a lidiar con problemas comerciales. Su objetivo es proporcionar rigor analítico y conocimientos creativos, con el fin de ofrecer soluciones que mejoren los resultados finales.
¿Interno o externo?
Al decidir si utilizar consultores internos o externos, es necesario considerar las ventajas de cada una de ambas opciones. Los altos directivos, en particular, parecen preferir la opción externa. Pagar mucho dinero por algo sugiere que ofrece un mayor valor, especialmente cuando un consultor tiene estatus y credibilidad en el trabajo con otras organizaciones de alto perfil. Cuando un consultor proviene de una empresa externa, esto también sugiere cierto grado de objetividad y la capacidad de formular preguntas difíciles que pueden afectar a la reputación de una empresa y los empleados que la forman.
Por otro lado, la consultoría interna puede ofrecer un conocimiento más profundo del negocio específico, su organización y sus personalidades de gestión. Esto puede ser muy valioso cuando la consulta se lleva a cabo durante un tiempo de reestructuración organizativa. Pero en ocasiones, la experiencia de los consultores internos puede ser menor que la de sus homólogos externos.
Los consultores internos también pueden ser aceptados con menos facilidad si se los considera como no neutrales y como los peones de ciertas partes interesadas dentro de la empresa. Tendrán que convencer a la gerencia de que realmente podrán ofrecer soluciones personalizadas, y es posible que tengan que trabajar sin ninguna influencia real en situaciones en las que los directivos superiores tienen la autoridad para trabajar en torno a su función.
De modo que, en esencia, podemos afirmar que existen dos factores principales que influirán en si merece más la pena contratar a un consultor externo o interno para tu empresa. Primero, tu presupuesto disponible. Los consultores externos suelen disponer de un caché que les convierte en una opción menos económica que los consultores internos.
Segundo, el objetivo de la consultoría que necesitas. Un consultor externo es especialmente útil en aquellos casos en los que sea requerido un punto de vista neutral y objetivo sobre una cuestión determinada, mientras que un consultor interno es lo más adecuado si requieres de un empleado capaz de detectar deficiencias en tu empresa y ofrecer soluciones apropiadas, de forma periódica.
