Recorrer el camino de la superación personal es tener coraje. Comprender adquirir el valor de las emociones, entender cómo funcionan los engranajes internos, volverse hacia adentro, cambiar las emociones y mejorar con este proceso. Urge una evolución en el nuevo tipo de líder para llevar a buen puerto la economía de un país.
Reconocerse a sí mismo no es un viaje clínico, sino un proceso diario de descubrimiento que lleva a la «cultura» que circula dentro del interior de cada persona, el conjunto de reglas y sistemas que guían inconscientemente el comportamiento diario.
Esforzarse por mejorar el carácter de uno significa escuchar los valores de uno sin negarlos, a la vez que se muestra humildad y se acepta que no existe un «yo invencible«. Esconderse detrás de excusas como «Soy así, quiero que hagas algo con esto» dará la posibilidad de soltarse sin usar muchos recursos. Tratar de pensar en «lo que quiero mejorar» requiere un enfoque extraordinario.
En todo esto, la experiencia es la mejor, quizás la única, verdadera maestra
No hay duda de que esta búsqueda interior puede ser elevada por la guía de un tercero, pero debe basarse en un fuerte deseo de descubrir el mayor potencial de uno y hacer muchas preguntas. Es normal que las personas neuróticas no aprendan de la experiencia y repitan el mismo comportamiento (a menudo destructivo) una y otra vez. La capacidad de cambio es un signo de salud física y de enriquecimiento mental.
El viaje del héroe, un proceso de crecimiento personal que vincula profundamente los diversos patrones y arquetipos de la memoria humana colectiva. Estas historias de conexión con los ancestros pueden verse a nivel individual y colectivo, y es interesante el encaje y la recurrencia que se observa en las etapas evolutivas de la empresa.
Las etapas del viaje proporcionan una clave útil para superar cualquier obstáculo y un mapa eficaz para encontrar la salida cuando uno se enfrenta a las dificultades del cambio, especialmente en términos de identidad y valor.
Los pasos básicos del viaje del personaje principal son los siguientes:
Sentir un sentido de la vocación. Tiene que ver con la identidad y propósito, lo que a su vez afecta a los valores. Se puede elegir entre aceptarlo o ignorarlo. Pero ignorarlo puede llevar a una exacerbación del problema.
Tomar la llamada, encontrar el coraje, enfrentarse a los límites de las habilidades, enfrentar el mapa del mundo. Es decir, ser desafiado.
Cruzar el umbral. Esto empuja al territorio inexplorado de una nueva vida y situación. Aquí es donde comienzan el crecimiento y la evolución.
Encontrar un cuidador, mentor o patrocinador. Lo que hay que hacer y quién tiene que hacerlo, está por verse.
Enfrentar el desafío. Con coraje y fuerza, va sin problemas, y muchas veces estos son obstáculos necesarios para la práctica y un reflejo de los miedos y sombras que limitan en el cambio y hacen pensar que no se está respondiendo. También influyen en ellos las condiciones educativas, culturales y sociales que, si no se gestionan de forma autónoma y con madurez, pueden interferir en el desarrollo saludable de una persona.
Convertir “los demonios internos en recursos para lidiar” con la complejidad e incertidumbre desarrollando nuevas habilidades y actividades de comportamiento, o descubriendo recursos personales específicos como valores y actitudes.
Completar la tarea a la que se está predestinado. Para ello, hay que construir un nuevo mapa del mundo que incorpore el crecimiento y el descubrimiento en el viaje.
Encontrar el camino, para volver a ser una persona transformada y compartir con los demás el conocimiento y la experiencia que se ha adquirido en el camino.
«El concepto de vocación» o llamada puede ser fácilmente equiparado con la misión y la visión que un equipo u organización persigue. Personalmente, es el «por qué» más profundo lo que impulsa a la persona.
El demonio interno es un obstáculo externo o una voz interior que intenta hacer renunciar porque no se tiene la suficiente confianza en uno mismo y en las habilidades interiores. Conocer a un mentor que confía en la persona puede renovar la energía y entusiasmo y reavivar una chispa positiva. Por último, la calidad de las relaciones es esencial para recordar quién se es y el valor de las acciones diarias.
Para completar con éxito este viaje, el «protagonista» necesita aspectos positivos y negativos de la energía de los tres arquetipos básicos, la sombra y las interacciones y combinaciones entre ellos.
Fuerza: entendida como fuerza, determinación y resistencia, es útil para mantenerse centrado y establecer límites. La sombra: sin compasión y humor, se convierte en agresión y violencia.
La empatía, la sutileza, la disponibilidad, la amabilidad y la empatía que se requiere al tratar con las personas. La sombra: Sin fuerza y sentido del humor, puedes volverte débil o dependiente.
Sentido del humor. Sinónimo de alegría, flexibilidad, creatividad y de encontrar nuevas ideas y soluciones. la sombra: sin fuerza ni compasión, fluye hacia la superficie, cínica.
Estos tres elementos son esenciales para un buen liderazgo y pueden ser medidos y mezclados de acuerdo con la vida corporativa y las circunstancias internas y externas.
Los grandes líderes saben cómo equilibrar las tres energías, alinear los objetivos y valores, y manejar sus emociones perfectamente. El estilo de liderazgo contextual es eficaz porque se basa en la intuición y en la capacidad de leer a las personas y las situaciones a fin de adoptar las estrategias y los métodos más eficaces para lograr los objetivos.
Más allá de la metáfora, el viaje del protagonista puede ayudar a los individuos y a las empresas a identificar y superar los cambios de incertidumbre a los que deben enfrentarse, dividir el camino en fases y objetivos, y aprovechar al máximo los recursos personales.
Mantener la atención en el objetivo y enfrentar nuevos desafíos va más allá de las habilidades técnicas aprendidas y se relaciona con «habilidades blandas» que son discernibles más allá del alcance del curso – habilidades cruzadas.
Crecimiento. En todo momento, seguir disciplinándose, expresándose con apertura y posibilidad en lugar de limitación y paranoia, conociendo a nuevas personas de manera positiva, porque la interacción con las personas enriquece las relaciones y la carrera de uno, siendo consciente de que las acciones y conductas que afectan a todo el sistema provienen de interpretaciones del mundo, desactivando los conflictos y buscando la mediación para resolverlos.
Finalmente, “El crecimiento es para los líderes, lo que el oxígeno es para los submarinistas, y sin él se muere» explica el genial Blanchard.
Artículo original Miguel Pader Sousa: «se necesita urgentemente una nueva forma de liderazgo» publicado en comunicae.es