Dentro de los requisitos para que las empresas puedan optar a los préstamos avalados por el ICO se encuentran en primer lugar con que el aval para autónomos y pymes es del 80%. Para poder acceder a estos avales, las empresas no deben encontrarse dentro de ficheros de morosidad, no deben estar en proceso concursal, y cuando sea aplicable el Marco Temporal de las ayudas europeas las empresas no podrán estar en crisis antes del 31/12/2019.
A esto hay que sumar los requisitos internos que planteen las diferentes entidades bancarias para conceder los préstamos. Por ejemplo, que las empresas hayan presentado sus cuentas en 2019 o que hayan dado un resultado del ejercicio positivo, estos suelen ser los más comunes para cualquier transacción.
Para analizar cuántas empresas se pueden ver beneficiadas por esta medida, primero habría que entender que el colectivo “pymes” realmente está formado por tres tipos de empresa:
- Microempresas (1-9 empleados)
- Pequeñas empresas (10-49 empleados)
- Medianas empresas (50-249 empleados)
En marzo de 2020, según datos publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, en España había constituidas 1.233.777 pymes con asalariados. Las microempresas representan 86% del total, siendo precisamente en estas circunstancias las empresas más vulnerables.
Según diferentes bases de datos consultados por la entidad financiera Borrox, solo un 40% de las microempresas han presentado cuentas en 2019 (correspondientes al ejercicio de 2018) de este porcentaje de empresas menos de un 30% ha dado un resultado negativo. Por lo que posiblemente quedarían excluidas de los préstamos con aval ICO por superar el riesgo.
La banca ha anunciado que la primera partida de avales se ha agotado en menos de dos días, por lo que han pedido al Gobierno que habilite el resto de las partidas pendientes. Si se asume que todas las pymes registradas en España con asalariados pudieran acceder al primer tramo aprobado de 10.000 millones de euros, se repartiría en un total de 7.578,82 euros por empresa, sin contar a los autónomos, que según datos oficiales en marzo de 2020 eran 3.257.896.
Si solo se concedieran a las microempresas que han presentado cuentas el préstamo sería de 25.174,08 euros para cada una. Y si se hace el cálculo solo con las empresas de esta característica con beneficios positivos el resultado sería de 36.960,52 euros.
Estas cifras son insuficientes para paliar la crisis. Por ejemplo, una empresa de 9 empleados, todos ellos con salario mínimo, gastaría al mes 10.260€ en concepto de nóminas. Es decir el 30% del préstamo estaría destinado al pago de salarios de un mes, quedando un 70% para hacer frente a los pagos a proveedores, compra de materia prima y otro tipos de gastos derivados de la estructura de la empresa.
Debido a que en solo dos días las solicitudes superaban el presupuesto disponible, el Gobierno ha decidido aprobar otra partida de 20.000 millones solo enfocada a pymes y autónomos. Pero, desde la entidad financiera consideran que al igual que la primera, se agotará en menos de una semana, porque son muchas las empresas y autónomos con necesidad de liquidez en estos momentos.
Hay que tener en cuenta que las pymes generan más de 9 millones de empleos, de esta cifra el 38% es aportado por microempresas. Si estas empresas no consiguen soluciones de financiación urgentes, la crisis sanitaria derivará en cifras de desempleo mucho mayores a las ya reportadas.
¿Qué más pueden hacer las empresas y los autónomos en estos momentos? Sobre todo, aquellos que no cumplan los requisitos mínimos para acudir a los préstamos ICO, o aquellos que hayan acudido pero que el volumen concedido no haya sido suficiente pueden optar por soluciones de financiación alternativa.
Si la empresa o el autónomo trabaja con el sector público, o con empresas de mayor tamaño que el suyo, siempre puede acudir a los nuevos modelos de anticipo de facturas. Esta nueva financiación alternativa, no valora la empresa en sí, si no la factura o el pagare que presenta para su descuento.
De esta manera la entidad financiera descontará los efectos comerciales presentados valorando el riesgo del cliente (del pagador de la factura o el emisor del pagaré) y no de la propia empresa o autónomo.
Este modelo de financiación es ágil y rápido. Permitiendo que el empresario consiga liquidez en menos de 24 horas (según la financiera). Además, con este tipo de financiación la empresa no aumenta su endeudamiento, porque simplemente está anticipando un cobro que iba a recibir en el futuro.